Cigarrillos electrónicos: ¿qué debemos saber?

Dres. Thiago Chabat, Juan Pablo Soto y Dra. Dennise Saint Bois.
Setiembre 2022

¿Qué son y cómo funcionan los cigarrillos electrónicos?

Son dispositivos que contienen una fuente de energía (batería de litio), un calefactor y un depósito para el líquido que se va a vapear. Si bien no contienen tabaco, muchos de ellos contienen nicotina a diferentes dosis que es la sustancia que genera la adicción.

El líquido contiene un solvente (propilenglicol o glicerina vegetal), saborizantes (mentolados, frutados, etc) y, a menudo, nicotina en dosis variables.

Cuando el usuario inhala, la presión negativa cierra un interruptor y enciende el calentador, que convierte parte del líquido en un aerosol, que se inhala.

Los diseños pueden ser muy variados y atractivos buscando satisfacer al consumidor. Incluso carecen de una estandarización en términos de diseño, que permitan modelos que minimicen los riesgos de uso.

¿Vapear es menos perjudicial que fumar tabaco?

Se debe ser cauteloso con el término “vapear” debido a que puede generar la falsa sensación de ser algo inofensivo. No se está inhalando vapor sino un aerosol que contiene una gran variedad de partículas, muchas de ellas nocivas para la salud.

Si bien desconocemos qué sustancias contienen con exactitud, vapear expone a menos compuestos tóxicos que fumar cigarrillos tradicionales.

De todos modos han sido declaradas numerosas sustancias tóxicas que incluyen hidrocarburos aromáticos policíclicos, nitrosaminas, productos químicos orgánicos volátiles y productos inorgánicos como metales tóxicos.

Se han reportado numerosos casos de lesiones pulmonares y muertes asociadas con el vapeo. Solo en el año 2020, el CDC reportó en Estados Unidos, cerca de 3000 casos de lesión pulmonar asociada al uso de cigarrillos electrónicos o vapeo y casi un centenar de muertes atribuidas a ese consumo.

Además de nicotina, los cigarrillos electrónicos se utilizan para administrar una variedad de otras drogas recreativas, incluidos los aceites a base de cannabis.

Si bien es difícil identificar la o las sustancias exactas que pueden contribuir a desarrollar estas lesiones, se ha relacionado al acetato de vitamina E como una de las principales involucradas. Esta se encuentra en niveles elevados en los cartuchos de vapeo sobre todo de cannabis.

Por estas razones se recomienda:

  • Tener en cuenta que las sustancias de vapeo también son perjudiciales.
  • Evitar utilizar cigarrillos electrónicos o productos de vapeo que contengan THC.
  • Evitar fuentes informales para obtener un dispositivo de vapeo.
  • No modificar ni agregar sustancias a un dispositivo de vapeo que no haya sido diseñada por el fabricante.

Vapear es un factor de riesgo para enfermedades respiratorias.

La nicotina es un agente destacado en los cigarrillos comunes y los cigarrillos electrónicos. Es altamente adictiva generando deseo de fumar y síntomas de abstinencia si se ignora el deseo. También posee efectos sistémicos, aumentando la presión arterial y la frecuencia cardíaca.

Si bien aún faltan estudios de valoración a largo plazo, sabemos que utilizar cigarrillos electrónicos se han asociado con una variedad de complicaciones respiratorias muy variadas. Entre ellas la hemorragia alveolar difusa y la neumonía lipoidea. Pero por otra parte, también se ha reportado el compromiso intersticial agudo, neumonía eosinofílica aguda, bronquiolitis y neumonitis por hipersensibilidad.

Todavía queda la interrogante del compromiso respiratorio y cardiovascular por el consumo crónico. Futuras investigaciones, con seguimientos prospectivos a largo plazo podrán aclarar estas incertidumbres.

¿Los cigarrillos electrónicos pueden recomendarse para dejar de fumar?

Aunque se han promocionado como una ayuda para dejar de fumar, los cigarrillos electrónicos no han sido aprobados como sustituto de la nicotina para abandonar el hábito tabáquico.
Estudios han demostrado que incluso quienes utilizan cigarrillos electrónicos para dejar de fumar corren el riesgo de terminar usando ambas modalidades de consumo, cigarrillos tradicionales y electrónicos.

Dejar de fumar es muy difícil, un alto porcentaje de los tabaquistas que intentan abandonar retoman el consumo dentro del primer mes. El éxito mejora considerablemente si el individuo realiza una terapia de reemplazo de nicotina, y se apoya en un programa de asesoramiento.
Los productos de sustitución de la nicotina utilizados en la actualidad (parches, chicles, pastillas) son eficaces y con resultados probados.

El riesgo sobre las nuevas generaciones.

Desde su ingreso al mercado los cigarrillos electrónicos se han posicionado como el producto de consumo más utilizado entre los jóvenes.

Formatos de presentación atractivos, ausencia de humo con mal olor, saborizantes agradables y la percepción de un menor daño son los principales atractivos para esta población.

Esto ha propiciado que personas (principalmente jóvenes) que nunca habrían fumado adquieran el hábito y la adicción a la nicotina a través de esta modalidad.